Este sábado, la Iglesia celebró con alegría una jornada verdaderamente histórica. En una emotiva y solemne ceremonia, los Misioneros Servidores de la Palabra (MSP) recibieron un nuevo impulso misionero con la ordenación de 12 presbíteros y 19 diáconos. Una bendición para la Iglesia en México y para todo el continente.
La celebración fue presidida por Monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México y actual secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Su presencia no solo dio realce a la ceremonia, sino que reafirmó el respaldo de la Iglesia a esta comunidad misionera que no deja de dar frutos.
En su homilía, Mons. Héctor Mario animó a los nuevos ministros a vivir con radicalidad su vocación: “Sean cercanos al pueblo, firmes en la Palabra, y generosos en el servicio”. Recordó que la misión no es una tarea opcional, sino el corazón mismo del ministerio ordenado.
Los nuevos sacerdotes y diáconos son originarios de diversas regiones de México y América Latina. Todos ellos han sido formados con un carisma claro: evangelizar a los más alejados, con la fuerza de la Palabra de Dios y la entrega total al prójimo.
Esta ordenación no es solo un número más. Son 31 historias de vocación, lucha, fe y entrega. Jóvenes que han dejado todo por seguir a Cristo y servir a su Iglesia. Vocaciones que brotaron en misiones populares, en encuentros juveniles, en la escucha humilde de la Palabra… y que hoy florecen para la gloria de Dios.
Para los MSP, esta celebración es una fiesta del Espíritu. Es el fruto de años de formación, oración y acompañamiento. Pero también es el inicio de una nueva etapa: una Iglesia en salida que no se cansa de anunciar a Jesús en medio del mundo.
Si algo nos deja este día es un mensaje claro: Dios sigue llamando. Y su llamado sigue encontrando respuesta en corazones generosos. Oremos por estos nuevos servidores del Reino. Que nunca les falte la gracia, el coraje y el
amor.
